SOSSORIO2009 EL BLOG DE UN JUBILADO

- SOSSORIO EL BLOG DE UN JUBILADO

miércoles, 30 de diciembre de 2015

EL CRISTO PAULINO O DE LA FÉ Y EL JESÚS HISTÓRICO.

EL CRISTO PAULINO O DE LA FÉ Y EL JESÚS HISTÓRICO.


domingo, 15 de agosto de 2010


Los historiadores independientes, hoy en día, hacen una clara distinción entre el “Jesús histórico” y el “Cristo de la Fé”.

Con esta entrada quiero hacer un breve resumen sobre lo que he leído a este respecto, mostrando las conclusiones que he sacado sobre el tema. Para ello, empezaré haciendo una corta exposición del contexto histórico y cultural de la Palestina en la que vivió Jesús: ¿Cómo era el país en que vivió?. ¿Cómo era su religión?. ¿Qué grupos sociales y religiosos había?. ¿Cual era la problemática política y social?. De esta manera tendremos las bases necesarias con un conocimiento histórico y geográfico del entorno en que vivió Jesús para reconstruir su biografía siguiendo un método histórico crítico. Esto nos llevará a distinguir al “Jesús hombre” del “Cristo mito”.

PRIMERA PARTE

La vida en Palestina en el siglo I. El entorno de Jesús.

Palestina es un país de Oriente Medio que está situado entre el Mar Mediterráneo (al oeste) y el Desierto de Arabia que hay al este del Río Jordán. Por el norte limita con Siria y por el sur con la Península del Sinaí. Es un país alargado de norte a sur y está formado por tres regiones principales: Galilea (al norte),  Samaria (en el centro) y Judea (en el sur).

Galilea es la región del norte, en la que se encuentra el Mar de Galilea, que realmente es un lago, también conocido por el Lago Tiberiades. Es una región agrícola y pesquera, con productos como la vid, el olivo y los cereales y de clima suave. Aquí comenzó su vida pública Jesús y de aquí eran algunos de sus apóstoles como Pedro y Juan, ambos pescadores. Entre sus principales ciudades está Nazareth, Cafarnaún (donde Pedro tenía su casa) y Betsaida.

Samaria está en el centro de Palestina, entre Galilea y Judea. Los nacidos en esta región se les conoce como samaritanos y sus ciudades más importantes son; Cesarea y Siquén.

Judea es la región de clima seco que hay al sur de Palestina con ciudades como Jerusalén, Jericó, Hebrón y Betania. En esta región está Belén donde se cree que nació Jesús. La orilla oeste del Mar Muerto da a esta región. 

*     *     *

Durante el  siglo II antes de Cristo, tal y como se cita en el libro de los Macabeos del Antiguo Testamento, el pueblo judío estaba sometido a la dominación helénica del rey Antíoco, que quiso imponer la cultura griega al pueblo de Israel y llegó a colocar alguna de sus figuras mitológicas dentro del Templo de Salomón, como fue la estatua de Zeus, lo que molestó gravemente a los judíos, hasta que en el año 163 antes de Cristo, el movimiento de liberación nacional de los Macabeos se levantó en armas revelándose contra la dinastía helénica, consiguiendo la liberación e independencia del pueblo de Israel que duró un siglo. Pero en el año 63 antes de Cristo las legiones romanas del emperador Pompeyo, invadieron Palestina, y el pueblo de Israel volvió a estar sometido políticamente, esta vez por el Imperio Romano. El período de dominio de Roma duró hasta el fin del imperio en el siglo V después de Cristo (año 476 con la invasión de la capital del Lacio por los germanos).

Los romanos, que dominaban un vasto imperio respetaban y mantenían las costumbres locales de las tierras que conquistaban, rodeándose de personas de confianza. Para simplificar la organización administrativa de Palestina, decidieron nombrar a unos reyes-títeres de origen judío que actuaban bajo la tutela y directrices de los invasores. Estos reyes componían la dinastía de los Herodes. Pero el pueblo judío, por su religión, era muy independiente. Durante este periodo de dominación romana por la fuerza, con la colaboración de los reyes-títeres, el pueblo hebreo sufrió para mantener su institución  religiosa fundamental,  formada por el Sanedrín o asamblea de jueces y sacerdotes. Entonces, los romanos dividieron Palestina en una provincia romana y dos tetrarquías. El emperador nombraba directamente a un procurador o gobernador que era la máxima representación del poder romano en Judea, mientras en Galilea seguían reinando los Herodes.
Los judíos eran muy estrictos y fanáticos en cuanto al cumplimiento de sus normas religiosas, por lo que la primera mitad del siglo I fue muy convulsa en revueltas.  Esta etapa coincidió con la vida de Jesús y los primeros tiempos del apostolado de sus seguidores.

El Sanedrín era el Consejo Supremo de los judíos,  tenía como competencias vigilar el cumplimiento de la doctrina judaica, hacer las leyes que regularan la vida religiosa, crear el calendario anual y las  fiestas de su religión. Estaba formado por 23 jueces y 71 sacerdotes que componían el Gran Sanedrín. A la cabeza de esta institución estaba el Sumo Sacerdote que debía de ser nombrado por el procurador romano, aunque a propuesta de los miembros del Sanedrín; podía ser destituido por la autoridad romana si se oponía a sus intereses. Como institución judicial tenía la facultad de juzgar y condenar a muerte, pero esta condena debía de ratificarla el gobernador o procurador romano. El Sanedrín se reunía dentro del Templo de  Jerusalén, que era el lugar sagrado más respetado por el pueblo judío. Este templo fue construido por orden del rey David y ejecutada su construcción en tiempos de su hijo el rey Salomón, unos mil años antes de Cristo, (del rey Salomón se habla en el Antiguo Testamento, pero no hay ni rastro histórico alguno que demuestre, con toda seguridad, su existencia), aunque tuvo que reconstruirse más tarde en la época de los Macabeos. Los miembros del Sanedrín eran principalmente saduceos (la mayoría), fariseos (la minoría) y los escribas (que eran  fariseos).

La Torá es la compilación de libros donde se expone la Ley transmitida a Moisés por Yahvé (Dios de los hebreos), en torno al cual se desarrollaba toda la vida de los judíos. Eran muy estrictos en cuanto hacían una gran distinción entre lo que consideraban “puro” e “impuro”. Lo “impuro” era intocable. Si se toca algo “impuro” hay que lavarse concienzudamente para purificarse. La carne de cerdo estaba totalmente prohibida.

Desde mi punto de vista personal, cuanto más estrictas son las normas religiosas mayor es el fanatismo de los seguidores que las cumplen, porque el fanatismo está construido con el miedo y la ignorancia, y estos son elementos indispensables para el cumplimiento de normas severas.

El sábado era el día de culto, cuando el pueblo se reunía para orar en las sinagogas de las diferentes ciudades. Estaba prohibido trabajar. Al atardecer sonaban las trompetas y finalizaba el sabbath.

Entre las fiestas más importantes del pueblo judío se encontraban las siguientes:
La Pascua se celebraba la tarde del día 14 del mes de Nisán (según el calendario hebreo). En este día se come el cordero tras el atardecer, después de haberlo ofrecido a Dios en el Templo. La fiesta duraba 8 días. Esta fiesta varía de un año a otro porque tiene que coincidir con la primera luna llena de la primavera. Una tarde, a las 3, del día 14 del mes de Nisán, fue crucificado Jesús según el Nuevo Testamento.

Pentecostés se celebraba cincuenta días más tarde que La Pascua.

Las sectas o grupos sociales que formaban el pueblo judío durante el siglo I eran las siguientes: los saduceos, los fariseos, los zelotes, los esenios, los samaritanos y los nazareos. Los dos primeros grupos eran los más conformistas, el resto de los grupos presentaban acusadas rebeldías que se manifestaban de formas diferentes.

Los saduceos eran la facción aristocrática del judaísmo, solían ser grandes propietarios; se pertenecía a esta secta por herencia familiar. La mayoría de los componentes del Sanedrín y los Sumos Sacerdotes pertenecían a este grupo. Eran los más conservadores y los que más colaboraron  con las autoridades romanas para mantener el orden. Procedían de esta manera para no perder sus privilegios, aunque lo tenían que disimular de cara al pueblo. Seguían estrictamente la Tora y no creían ni en la resurrección de los muertos, ni en la vida eterna. Caifás era saduceo, sucedió a Anás como Sumo Sacerdote del Sanedrín a partir del año 18 después de Cristo, durante el reinado del emperador Tiberio, fue autor de la conspiración que condenó a muerte a Jesús; siguió como Sumo Sacerdote hasta el año 36.

Los fariseos eran la secta más liberal en cuanto a la interpretación de la Tora, consideraban la Ley Moiseica como un código abierto que podía interpretarse y adaptarse según los tiempos; en esto diferían mucho con la visión de los saduceos. Creían en la resurrección de los muertos y en la vida eterna. Jesucristo, según el Nuevo Testamento, fue muy crítico con los fariseos y los escribas del Sanedrín, aunque hay expertos que consideran a Jesús un rabino fariseo. Tuvieron una colaboración con los romanos, aunque en la segunda mitad  de la década de los sesenta, cuando el pueblo judío se reveló contra ellos, participaron en la revuelta en contra del imperio.

Los zelotes formaban un grupo de militantes revolucionarios que tuvieron su primer conato violento antiromano en el año 6, siendo dirigidos por un rabino llamado Judas de Galilea, de origen fariseo, según cuenta el historiador judío Flavio Josefo en sus escritos de “La guerra de los judíos”. Algunos apóstoles de Jesús fueron zelotes, como Simón el Cananeo y Pedro. Los pertenecientes a este grupo fueron los principales responsables de la rebelión o Sublevación del 66, que comenzó con la toma de la fortaleza de Mazada en la que quedó diezmada la guarnición romana. Esta revuelta fue aplastada por  la imposición de la fuerza de las legiones dirigidas por  Vespasiano en Galilea; una vez fue elegido éste emperador, en el año 67, dejó las legiones al mando de su hijo Tito que, en el año 70, en una encarnizada lucha, barrio por barrio, dejó arrasada la ciudad de Jerusalén y destruyó el Templo. A partir de estos momentos comenzó la diáspora o huida del pueblo judío, refugiándose en los demás países del mundo. Por aquella época el cristianismo estaba dividido en dos facciones. La facción judeocristiana que vivía en Israel, dirigida primero por Pedro y que luego tomó la dirección Santiago hasta que murió en el año 62, en tiempo de Nerón, muchos de sus seguidores huyeron a Pella (ciudad situada en Macedonia – Grecia), donde perdió todas sus posibilidades de expandirse al perder el contacto con el pueblo judío, a quien sólo se dirigía. Mientras que la otra facción del cristianismo, es decir, el cristianismo helenista o paulino, instituido por Pablo de Tarso que predicaba a los gentiles de origen no judío, se mantuvo en Roma y en Antioquía, desde donde mantenía todas las posibilidades de expansión entre los gentiles de todo el Imperio. Por otro lado, sólo tenemos conocimiento del Concilio de Jerusalén por los textos canónicos. En esta rebelión murieron más de 60.000 judíos.

Los esenios existieron desde la época de los Macabeos. Vivían en comunidad, eran anacoretas y llevaban una vida ascética que menospreciando la riqueza formaban un grupo esotérico e iniciático apartados de la vida mundana que buscaban la perfección espiritual. Su existencia es ignorada en el Nuevo Testamento por lo que este grupo ha pasado desapercibido hasta que en el año 1947, en las cuevas del Qumran, cerca del Mar Muerto, aparecieron de forma casual los famosos manuscritos dentro de unas vasijas de barro que había en el interior de una gruta al ser descubiertos por un pastor beduino, tras lanzar una piedra en su interior y después de oír el ruido producido por la rotura de una vasija. Desde entonces se ha extendido el conocimiento de este grupo, pues ellos fueron los que vivieron en estas cuevas y los que transcribieron los textos en los pergaminos, guardándolos celosamente, de esta forma permitieron su conservación hasta nuestros días.

Los samaritanos no eran una secta ni un grupo social, sino que eran los naturales de Samaria, región situada al norte de Judea y al sur de Galilea. Los samaritanos sólo creían en los cinco libros del Pentateuco, rechazando el resto de los libros del Antiguo Testamento. Su templo de oración estaba en el monte Garizín. Los judíos despreciaban a los samaritanos. Recordemos la parábola del buen samaritano que Jesús les contó a sus discípulos, según el Nuevo Testamento.

Los nazareos, que no tienen que ver nada con la palabra nazareno o natural de Nazaret, ofrecían todos sus actos a Dios y sus comportamientos deberían ser reflejo de la voluntad de Yahvé, para eso se esforzaban en anular su expresión personal dejando minimizado su “ego”. Como consecuencia de esa actitud no se afeitaban ni se cortaban el cabello de su cabeza, dejándoselo crecer.  Lean el siguiente texto bíblico:

1 Corintios 11:14  "La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello?". Los que quieren vivir una vida justa y piadosa, tendrán que perder su dignidad natural, sus derechos. El varón debería cortarse el cabello, pero si se lo deja crecer es como perder esa dignidad. Esto significa que un consagrado nunca tendrá que reclamar derechos y hacerse justicia por sí mismo, sino siempre esperar en el Señor.

Otra característica, era la de renunciar a los placeres terrenales, es por ello por lo que no bebían vino, ni ningún producto que salga de la vid, como es el vinagre o el zumo de uva. San Juan Bautista y Jesús eran nazareos, éste último, al menos, durante una parte de su vida. También lo eran sus primeros seguidores judeocristianos y Santiago (el hermano de Jesús). Según nos lo cuenta el cronista bizantino Epifanio de Salamis en Panarión, cuando se destruyó el Templo en el año 70 los nazoreos se refugiaron en Arabia y otros países. 

Personalmente estoy sorprendido por el afán que muestran los actuales cristianos confundiendo “nazareo” con “nazareno” o tratando de demostrar que Jesús no fue nazareo, sino que fue solamente nazareno.

SEGUNDA PARTE

Algunas de las muchas contradicciones.
En el siglo VI después de Cristo la Iglesia encargó a un monje llamado Dionisio el Exiguo para que calculara el año en que nació Jesús de Nazaret, con objeto de crear un calendario cristiano que sustituyera al calendario romano existente. Es el calendario actual que utilizamos en el mundo occidental y sirve para determinar las fechas de cualquier momento histórico, tomando como base el año del nacimiento de Jesús <<la era cristiana>>. Pero este monje se equivocó en el cálculo. Hoy todos los expertos saben que Jesús no nació en el año 1.  ¿Entonces, cuándo nació Jesús?: probablemente naciera entre el año 8 al 4 antes de Cristo.    Aunque parezca una contradicción:           - “ Cristo nació antes de Cristo” - . ¿Por qué sabemos que nació en ese periodo?. Basándonos en los datos históricos a que hace referencia el Nuevo Testamento, como son:
a.      Se realizó un censo de población ordenado por Augusto César.
b.     El gobernador de Siria, por aquel entonces, era Cirinio (o Quirinio).
c.      En Palestina reinaba Herodes El Grande.
Estos datos históricos están tomados de los siguientes textos bíblicos del Nuevo Testamento:
Lucas 2 1-3:
“Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado. Este primer censo se hizo siendo Cirinio gobernador de Siria. E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad”.
Mateo 2 1-3:
“Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente y venimos a adorarle. Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él”.
Completando estos datos históricos se sabe que Augusto César mandó hacer un censo en tres ocasiones durante sus cuarenta años de mandato. Estos censos tributarios fueron realizados en los años 28 a.C., 8 a.C. y 14 d.C.
Sabemos que Cirinio o Quirinio desempeñó cargos de gobernación en Siria durante los años 6 y 5 a.C.
También sabemos que este "rey Herodes", conocido en la historia como Herodes El Grande, fue un rey vasallo de Roma que gobernó Palestina entre los años 40 al 4 a.C. Hay fuentes fidedignas que lo corroboran.
También se puede asegurar que no nació el 25 de Diciembre como la Iglesia y todos lo celebramos. Sabemos, según los textos bíblicos, que Jesús era 6 meses menor que su primo Juan el Bautista (ver Lucas 1 24-38). Elizabeth, madre de Juan el Bautista, llevaba 6 meses de embarazo cuando María, madre de Jesús, concibe en su vientre a su hijo. Por otra parte, se puede conocer con bastante aproximación la fecha de nacimiento de Juan el Bautista, ya que su padre era un rabino llamado Zacarias, destinado como sacerdote en Jerusalén y cada sacerdote tenía un tiempo determinado al año para ejercer su función como tal, y existían 24 periodos de tiempo para hacerlo. Estos datos están ratificados por el historiador judío Flavio Josefo, que vivió y escribió su libro “Antigüedades de los judíos” en el siglo I, hablándonos con detalle sobre estos temas. Cuando Zacarias volvió a su casa (que vivía a 45 Km. al sur de Jerusalén), después de su ministerio, su mujer Elizabeth (madre de Juan el Bautista)  se quedó en cinta a los cinco meses (esto está en Lucas 1 23-24). Con estos datos se puede calcular la fecha de nacimiento de Juan el Bautista que tuvo que ser sobre el mes de Marzo. Como se sabe que Jesús nació 6 meses después de su primo Juan el Bautista, se deduce que Jesús de Nazaret nació en el mes de Septiembre.
Es curioso que habiendo nacido Jesús en el mes de Septiembre, la Iglesia haya conmemorado, desde el principio, su nacimiento el 25 de Diciembre fecha de celebración por todas las religiones paganas y politeístas del Dios Solar. Este Dios es conocido por las diferentes religiones politeístas como: Zeus, Júpiter, Osiris, Horus, Zoroastro, Mitra etc., según la religión. La Ley de Moisés en la Torá, bien que arremete contra todo aquel que celebre o alabe a cualquier Dios pagano.
Desde mi punto de vista personal, creo que es consecuencia de que la Iglesia vencedora en las primeras disputas de las facciones existentes del cristianismo, fue la Iglesia del cristianismo paulino, y sus seguidores (los gentiles) procedían del mundo pagano, como ya he comentado en la primera parte de esta entrada. Más tarde, volveré a hablar de este tema cuando me refiera al emperador  Constantino I El Grande.
Su muerte sucedió, en opinión de destacados expertos, el 7 de abril del año 30, a las 3 de la tarde de un viernes, día 14 de mes de Nisán (según el calendario hebrero); este último punto, tal como lo indican los cuatro evangelios canónicos, especialmente el de San Juan. Ocurrió su crucifixión en el Gólgota, lugar situado cerca de la puerta oeste de la ciudad de Jerusalén. Esta es la fecha más probable, tal y como señalan los estudiosos, pero hay, también, otras opiniones, como la de Antonio Piñero, filólogo y especialista en lenguas del cristianismo primitivo y profesor de la Universidad Complutense, que opina que murió un día antes de esa fecha, de lo contrario hubiera muerto un sábado, ya que para los hebreos el día empieza por la tarde y un sábado o sabbath estaba prohibido; solo se permitía el descanso y la oración.
Así que Jesús no murió a los 33 años, sino cuando tenía algunos años más.
Otro punto de divergencia relacionado con el nacimiento de Jesús es el lugar donde nació. Unos dicen que nació en Belén, como Mateo (Mateo 2, 1) y Lucas (Lucas 2 4-15) y otros dicen que nació en Nazaret, como Marcos (Marcos ) y Juan (Juan ).
Para lo creyentes hay otro asunto discordante, y es que, según el Nuevo Testamento, Jesucristo resucitó al tercer día de morir, pero también dice que murió el viernes a las tres de la tarde y que resucitó el domingo por la mañana. Yo, por muchas cuentas que hago,   veo que hay menos de dos días completos desde el instante en que dicen que murió y el momento en que aseguran que resucitó.
Lo que sí parece estar claro es que, Jesús fue hijo de José, descendiente de la casa de David. También era hijo de María, que descendía de la casa de Aaron. En su persona coincidían dos ramas genealógicas que le daban el derecho a su herencia sacerdotal por la casa de Aaron y a reclamar su herencia real por la casa de David. Esta circunstancia junto a su actitud personal le permitió que fuera considerado por sus seguidores como el Ungido o el Mesías, según las profecías antiguas. Estas profecías alimentaban la idea entre muchos judíos, que Dios mandaría a un descendiente de la casa de David que heredaría el título real y sería quien libertaría a su pueblo del dominio del imperio pagano de Roma. Pero la herencia recibida por parte paterna, como descendiente de la casa de David se entiende, siempre y cuando su nacimiento procediera de una madre que no fuera virgen y el padre hubiera participado en su gestación. Aún así, existen contradicciones entre los evangelios con respecto al árbol genealógico de Jesús, veamos estos dos:


Mateo 1, 1-16



La lista de los antepasados de Jesucristo, descendiente de David y de Abraham:c
Abraham fue padre de Isaac, este lo fue de Jacob y este de Judá y sus hermanos. Judá y Tamar fueron los padres de Fares y Zérah. Fares fue padre de Hesrón y este de Aram.Aram fue padre de Aminadab, este lo fue de Nahasón y este de Salmón. Salmón y Rahab fueron los padres de Booz. Booz y Rut fueron los padres de Obed. Obed fue padre de Jesé. Jesé fue padre del rey David, y el rey David fue padre de Salomón, cuya madre fue la que había sido esposa de Urías.d
Salomón fue padre de Roboam, este lo fue de Abías y este de Asá. Asá fue padre de Josafat, este lo fue de Joram y este de Ozías. Ozías fue padre de Jotam, este lo fue de Ahaz y este de Ezequías. 10 Ezequías fue padre de Manasés, este lo fue de Amón y este de Josías. 11 Josías fue padre de Jeconíase y sus hermanos, cuando la deportación de los israelitas a Babilonia.
12 Después de la deportación a Babilonia, Jeconías fue padre de Salatiel y este de Zorobabel.f 13 Zorobabel fue padre de Abihud, este lo fue de Eliaquim y este de Azor. 14 Azor fue padre de Sadoc, este lo fue de Aquim y este de Eliud. 15 Eliud fue padre de Eleazar, este lo fue de Matán y este de Jacob. 16 Jacob fue padre de José, el marido de María, y ella fue la madre de Jesús, a quien llamamos el Mesías.

O éste otro:

Lucas 3, 23-38

23 Jesús tenía unos treinta años cuando comenzó su actividad. Fue hijo, según se creía, de José. José fue hijo de Elí, 24 que a su vez fue hijo de Matat, que fue hijo de Leví, que fue hijo de Melquí, que fue hijo de Janai, que fue hijo de José, 25 que fue hijo de Matatías, que fue hijo de Amós, que fue hijo de Nahúm, que fue hijo de Eslí, que fue hijo de Nagai, 26 que fue hijo de Máhat, que fue hijo de Matatías, que fue hijo de Semeí, que fue hijo de Josec, que fue hijo de Joiadá, 27 que fue hijo de Johanán, que fue hijo de Resá, que fue hijo de Zorobabel, que fue hijo de Salatiel, que fue hijo de Nerí, 28 que fue hijo de Melquí, que fue hijo de Adí, que fue hijo de Cosam, que fue hijo de Elmadam, que fue hijo de Er, 29 que fue hijo de Jesús, que fue hijo de Eliézer, que fue hijo de Jorim, que fue hijo de Matat, que fue hijo de Leví, 30 que fue hijo de Simeón, que fue hijo de Judá, que fue hijo de José, que fue hijo de Jonam, que fue hijo de Eliaquim, 31 que fue hijo de Meleá, que fue hijo de Mená, que fue hijo de Matatá, que fue hijo de Natán, que fue hijo de David, 32 que fue hijo de Jesé, que fue hijo de Obed, que fue hijo de Booz, que fue hijo de Sélah, que fue hijo de Nahasón, 33 que fue hijo de Aminadab, que fue hijo de Admín, que fue hijo de Arní, que fue hijo de Hesrón, que fue hijo de Fares, que fue hijo de Judá, 34 que fue hijo de Jacob, que fue hijo de Isaac, que fue hijo de Abraham, que fue hijo de Térah, que fue hijo de Nahor, 35 que fue hijo de Serug, que fue hijo de Ragau, que fue hijo de Péleg, que fue hijo de Éber, que fue hijo de Sélah, 36 que fue hijo de Cainán, que fue hijo de Arfaxad, que fue hijo de Sem, que fue hijo de Noé, que fue hijo de Lámec, 37 que fue hijo de Matusalén, que fue hijo de Henoc, que fue hijo de Jéred, que fue hijo de Mahalaleel, que fue hijo de Cainán, 38 que fue hijo de Enós, que fue hijo de Set, que fue hijo de Adán, que fue hijo de Dios.


En una sociedad patriarcal como la del pueblo judío, el linaje se transmite de padre a hijo, y si María tuvo a Jesús siendo virgen, quiere decir, que José no participó en el embarazo de María, y por tanto no fue padre carnal de Jesús, por lo cual, Jesús no fue descendiente del Rey David y consecuentemente no pudo ser el Mesías por no cumplirse los requisitos de la profecía. Por otro lado, son dos genealogías diferentes, por lo tanto, algunos de los dos se equivocan o mienten.





Jesús perteneció al grupo de los nazoreos, siendo muy respetado entre ellos.
Su primo Juan el Bautista estaba bautizando a orillas del Río Jordán. El bautismo era un acto sagrado que servía para purificar a los judíos de sus pecados. Un día se acercó al Río Jordán y fue bautizado por Juan el Bautista. Este acto le produjo un impacto espiritual muy fuerte, lo que le hizo retirarse al desierto durante 40 días.
Durante algunos años se dedicó a predicar por Israel utilizando parábolas. Cuentan los textos bíblicos del Nuevo Testamento que realizó algunos milagros, como la conversión del agua en vino o la resurrección de Lázaro, y otros más.
La palabra “milagro” según el Diccionario de la Real Academia tiene dos acepciones. La primera es: "hecho no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a intervención sobrenatural de origen divino". Y la segunda es: "cualquier suceso o cosa rara, extraordinario o maravillosa".
La primera acepción es un disparate porque supone la transgresión de las leyes naturales, es como si lanzamos cualquier objeto y, de pronto, en vez de caer se eleva hacia arriba, o como si de pronto la tierra empieza a girar en dirección contraria a como lo hace actualmente.
El Universo, según ha constatado la ciencia, funciona en base a unas  “leyes” o “constantes” que son siempre las mismas en el tiempo y en el espacio. Por ejemplo: la “gravedad”.
¿A Lázaro qué le ocurrió? – Una parada cardiorespiratoria o una parada cerebral?. Porque si fue lo segundo, me temo que ya no tenía ningún arreglo. Sería suponer que Dios violó sus propias leyes y eso ocasionaría un caos en todo el Universo, como ya he detallado en otras entradas. Y si fue lo primero, tal vez con un boca a boca lo pudo superar si es que se acudió a tiempo. Pero el boca a boca, hoy en día, se practica casi a diario y lo puede realizar cualquier enfermero, sin necesidad de ser un experto sanitario. Porque ... “ esto no es ningún milagro”.
En cuanto al primer milagro: “la conversión del agua en vino”, que hizo Jesucristo a instancias de su madre en las bodas de Caná. Como escribe el titular del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Granada D. Juan Antonio Aguilera Mochón, en uno de sus artículos, que describiré de forma resumida por falta de espacio. Un litro de vino lleva aproximadamente 100 gramos de etanol. La fórmula del etanol es CH3-CH2OH. Por tanto, un litro de vino tendrá unos 2.600.000.000.000.000.000.000.000. (2,6 * 10 elevado a 24) o (2,6 cuatrillones de átomos de carbono). Pero... ¿cuántos litros de agua tuvo que convertir?. La fórmula del agua es H2O es decir, que no tiene nada de carbono y sólo tiene Hidrógeno y Oxígeno. Así que para convertir solamente un litro de agua en vino hemos de sacar esa enorme cantidad de átomos de carbono de un líquido donde sólo hay Hidrógeno y Oxígeno. En el Universo tras el Big Bang sólo se formaron elementos ligeros como el hidrógeno, deuterio, litio y helio. Hubo que pasar cientos de millones de años para que se formaran las primeras estrellas. Se fusionara el hidrógeno en el interior de ellas para que aparecieran los primeros elementos pesados esparciéndose tras los estallidos estelares como supernovas hasta que pudieron formarse los primeros planetas con carbono. Si “Dios” tuvo que esperar miles de millones en crear la vida en este Universo, Jesucristo obtuvo ese carbono en un instante para que no decayera la fiesta en las bodas de Caná.

TERCERA PARTE

La historia la escriben los vencedores.
Jesús era judío y las enseñanzas que transmitió fueron las de un judío, no las de un cristiano. Él nunca quiso instaurar una nueva religión. Para entender su palabra hay que transportarse con la mente al momento y lugar en que vivió. En 1945 y en 1947 se descubrieron unos pergaminos y manuscritos en Nag Hammadi (Egipto) y en Qumran (a orillas del Mar Muerto), respectivamente, que ayudaron a este entendimiento.
A la muerte de Jesús, los apóstoles empezaron a predicar entre los judíos la vida y obra de su maestro por diferentes ciudades. Sus predicaciones se dirigían a los judíos, siguiendo la Ley Mosaica como Jesús les enseñó. Algunos de los discípulos de los apóstoles, también se dedicaron a la predicación, y las enseñanzas se transmitían de boca en boca. Nadie escribió ningún texto donde se recogiera lo que Jesús enseñó; como tampoco Jesús lo hizo.
En los últimos años del mandato del Emperador Tiberio los seguidores de las enseñanzas de Jesús continuaron expandiéndose. Esto preocupaba a los sacerdotes del Sanedrín que veían en ellos focos de herejía  y una fuente de problemas políticos con los romanos.
En estos primeros años los apóstoles habían nombrado diácono (o ayudante) a Esteban, quien había sido acusado de blasfemo y juzgado por el Sanedrín, considerándolo culpable por lo que murió lapidado en las afueras de Jerusalén. A esta lapidación asistió Saulo.
En el año 35, en Damasco, se había formado una amplia comunidad judeocristiana y las autoridades religiosas de Jerusalén enviaron a Pablo de Tarso para eliminarla.
Pablo de Tarso conocido también como Saulo (nombre hebreo) o Pablo (de Paulo, nombre latino). Era un judío fariseo romanizado, tenía ciudadanía romana. Era bastante inteligente, poseía una buena capacidad disuasoria y una inclinación al liderazgo. Desde muy joven quiso alcanzar prestigio, fama y poder. Pretendió ser un fariseo ejemplar persiguiendo con rigor a los apóstoles y sus seguidores. Posteriormente, advirtiendo el potencial de este grupo cambió su estrategia.
Cuando Pablo de Tarso se dirigía a Damasco para eliminar a la comunidad judeocristiana, en el camino se autoproclamó apóstol. Contaba que se le apareció Jesús y lo nombró apóstol. Lean el siguiente texto de los Hechos de los Apóstoles:
Act. 9 3-6
Mientras tanto, Sauloa no dejaba de amenazar de muerte a los creyentes en el Señor. Por eso, se presentó al sumo sacerdote y le pidió cartas de autorizaciónb para ir a las sinagogas de Damasco, a buscar a los seguidores del nuevo camino,c hombres y mujeres, y llevarlos presos a Jerusalén. Pero cuando ya se encontraba cerca de la ciudad de Damasco le envolvió de repente una luz que venía del cielo. Saulo cayó al suelo y oyó una voz que le decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”d
Saulo preguntó: “¿Quién eres, Señor?”
La voz le contestó: “Yo soy Jesús, a quien tú persigues.e Levántate y entra en la ciudad: allí te dirán lo que debes hacer.”
Como en el viaje a Damasco iba acompañado de otros judíos, dijo Pablo que a partir de ese momento quedó ciego y se dirigió a Damasco siguiendo las órdenes que le dió Jesús, en esa ciudad recibió las instrucciones de Jesús, a través de un intermediario, recobrando la vista después.
Desde este momento, Pablo se dedicó a predicar el cristianismo, trató de contactar con los apóstoles, pero estos no se fiaban de él. Aunque llegaron a reunirse las dos partes, según cuentan los Hechos de los Apóstoles (lean Act 9 26-30). Los apóstoles le aconsejaron que se fuera a descansar a Tarso. Pablo negó esta reunión cuando se le preguntó más tarde.
Mientras los apóstoles predicaban a los judíos y defendían la circuncisión siguiendo la Ley Mosaica; Pablo predicaba a los gentiles, a aquellos que no estaban circuncidados y por lo tanto no seguían la Ley de Moisés. Desde ese momento había dos facciones del cristianismo. La primera, la más antigua, la del judeocristianismo, eran los apóstoles y sus seguidores. La segunda facción era la del autoproclamado apóstol Pablo, adaptable al mundo pagano. El Cristo en que creía Pablo y el Jesús en que creían los apóstoles eran diferentes. Pablo lo suavizó y lo adaptó al mundo helénico a quien se dirigía y lo hizo más permisible. Pero esta clientela era más fácil de captar y muchísimo más extensa, por lo que fue la facción del cristianismo que creció con más rapidez.
Para el cristianismo paulino el reino de los cielos estaba abierto a ricos y pobres o a poderosos y humildes. No había que renunciar a las riquezas y posesiones. Ni había que dejar de pagar impuestos, como tampoco desobedecer a la autoridad. Pablo decía que “no sólo hay que obrar bien delante de Dios, sino también delante de todos los hombres”.
Pablo fue el instaurador de la “eucaristía”. El texto más antiguo que habla de la eucaristía está en una de sus cartas, que dice:
1 Corintios 11 23-26
23 Porque yo recibí del Señor esta enseñanza que os he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que fue traicionado, tomó pan en sus manos, 24 y después de dar gracias a Dios lo partió y dijo: “Esto es mi cuerpo,q entregado a muerte en favor vuestro. Haced esto en memoria de mí.” 25 Así también, después de la cena tomó en sus manos la copa y dijo: “Esta copa es el nuevo pactor confirmado con mi sangre.s Cada vez que bebáis, hacedlo en memoria de mí.” 26 De manera que, hasta que venga el Señor, proclamáis su muerte cada vez que coméis de este pan y bebéis de esta copa.t
Cuando murió Tiberio le sucedió Calígula (el botitas). Este era un emperador descerebrado y corrupto. En ese tiempo las revueltas dirigidas por la secta de los zelotes aumentaron enormemente.
Los primeros textos del Nuevo Testamento se escribieron en los años cincuenta al cincuenta y ocho, son las cartas redactadas por Pablo y enviadas a las distintas comunidades donde él predicaba,  donde marcaba las pautas de su doctrina. De las 14 cartas que se le atribuyen, sólo escribió 7, las otras 7 la escribieron algunos de los miembros de las comunidades que él fundó.
Una frase de San Pablo que indica cómo se hizo una criba en las palabras de Jesús fue cuando dijo; <<¡Examinadlo todo, y quedaos con lo bueno!>>.
De esta manera algunas de las palabras de Jesús se destacan, mientras otras se dejan en el olvido. De las palabras que iban quedando más las que se añadían se escribieron algunos códices en las distintas comunidades, para más tarde recopilarse en los textos que formarían los libros canónicos.
Las revueltas de los zelotes continuaban en aumento hasta que en el año 66 la sublevación que tomó la fortaleza romana de Mazada motivó la reacción de Vespasiano que terminó con la ciudad de Jerusalén arrasada por las legiones de Tito y la destrucción del antiguo Templo de Jerusalén. Más de 60.000 judíos muertos fue el balance. Muchos judíos huyeron de la masacre en la “diáspora”, en ella se incluyen los judeocristianos seguidores de Santiago.
El Nuevo Testamento es un conjunto de 27 libros. Es la parte de la Biblia que sólo la siguen los cristianos. Los judíos la ignoran aunque sepan de su existencia. Está formado por 4 “evangelios”, 1 “hecho de los apóstoles”, 14 “cartas de San Pablo”, 7 “epístolas” y 1 “apocalipsis”.
Los cuatro evangelios son los de Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Es muy probable que ninguno de ellos conocieran a Jesucristo.
Los tres primeros evangelios fueron escritos en la década de los setenta y ochenta del siglo I, es decir, unos cuarenta años o algo más después de la muerte de Jesús. Estos tres evangelios son conocidos como los sinópticos y lo que tienen en común es que son textos con ciertas afinidades, en cuanto relatan las mismas cosas, de la misma manera y siguiendo un mismo orden en su redacción, como si lo tres libros imitaran otro texto anterior que le sirviera de referencia, por lo que se cree que fueron copia de otro conocido como documento o fuente “Q”. Los eruditos en estos temas, también manejan la "hipótesis de las dos fuentes", que consiste en el uso de la fuente “Q” más la influencia del Evangelio de Marcos en los otros dos evangelios sinópticos.
El último evangelio es el de Juan, escrito aproximadamente entre el año 90 al 100 d.C. , unos 70 años después de la muerte de Jesús. Del mismo autor, se cree que es, también, el Apocalipsis,  datado entre el año 110 al 120 d.C.
Juan el Evangelista no tuvo nada que ver con Juan el Apóstol, ya que éste último era un pescador de Galilea que no sabía ni leer ni escribir y hablaba solamente en arameo, además de que ya estaba muerto cuando se escribió el Evangelio de San Juan, y no digamos, cuando se escribió el Apocalipsis. Además este evangelio está escrito con un gran dominio de la legua griega y un conocimiento de las religiones orientales por lo que se desprende en el Apocalipsis, que el apóstol no conocía. Esto que acabo de decir se corrobora en el siguiente texto bíblico: 


Hechos 4,13 "Entonces viendo la constancia de Pedro y de Juan, sabido que eran hombres sin letras é ignorantes, se maravillaban; y les conocían que habían estado con Jesús."


Entre los doce apóstoles seguidores de Jesús no había ningún Marcos, ni Lucas y los autores de los evangelios de Mateo y Juan no fueron los apóstoles de igual nombre.
Estos 27 libros del Nuevo Testamento son los textos canónicos, es decir, los que forman el canon aceptado por la iglesia vencedora. Existieron muchos otros libros que fueron denominados apócrifos por la cúspide de la iglesia paulina.


Los evangelios de "Marcos, Mateo, Lucas y Juan" (que éste debería ser el orden) son la principal información oficial de Jesús. Y no se conserva el original de ninguno de estos evangelios, ni de ningún otro texto del Nuevo Testamento. El más antiguo códice que reúne todos los textos canónicos del Nuevo Testamento es el "Códice Sinaítico", descubierto en 1848 por un alemán llamado Tischendorf. Este códice data del siglo III, e incluye, además de todos los textos neotestamentarios, otros dos más, que son "La Epístola de Bernabé" y una parte del "Pastor de Hermas", estos dos no son considerados canónicos. Se han encontrado algunos papiros más antiguos que este códice, como el P52; pero los papiros son pequeños fragmentos muy deteriorados de textos evangélicos escritos a mano por los escribas de los primeros siglos, que se iban copiando de unos a otros manualmente, esto motivaba la modificación de los textos, unas veces por errores causados por fallos de la memoria y otras por interpretaciones subjetivas de los escribas. Téngase en cuenta que los copistas tenían que leer primero el texto original y luego transcribirlo al nuevo texto, y ésto daba pié a errores, ya que los textos originales, algunas veces tenían letras confusas, los copistas podían tener dificultades visuales o errores en la lectura.


Los eruditos y estudiosos de estos temas manejan unos procedimientos científicos que denominan "Crítica textual" que les sirven para aclarar lo confuso.


Hay unos versículos en los “hechos de los apóstoles” que dicen los siguiente:
Hechos 21 7-10
7 Terminamos nuestro viaje por mar yendo de Tiro a Tolemaida, donde saludamos a los hermanos y nos quedamos un día con ellos. 8 Salimos al día siguiente y llegamos a Cesarea.dAquí visitamos en su casa a Felipe el evangelista, uno de los siete ayudantes de los apóstoles, y nos quedamos en su casa. 9 Felipe tenía cuatro hijas solteras que eran profetisas.10 Hacía varios días que estábamos allí, cuando vino de Judea un profeta llamado Agabo.f.
Estos versículos hacen referencia a “Felipe el evangelista” y en el Nuevo Testamento (o libros canónicos) no hay ningún evangelio de Felipe. Sin embargo, en los pergaminos de Nag Hammadi, descubiertos en el año 1945, sí existe un códice, que es el Evangelio de Felipe considerado un evangelio apócrifo por la Iglesia oficial.
Al pasar un par de siglos esta Iglesia se hizo definitivamente romana. Sucedió un hecho que nos recuerda a lo que le ocurrió a Pablo. El emperador Constantino I El Grande antes de la batalla de Puente Milvio contra Magencio, dijo que se le apareció una luz en el cielo  oyendo una voz que le decía “in hoc signus vinces”, lo que significa: “con este signo vencerás”. Tras la batalla en la que resultó victorioso quedó como único emperador. Ordenó que se dejara de perseguir a los cristianos, práctica que se hacía desde la época de Nerón. Pasó de perseguir a controlar la Iglesia, dándole poder y riqueza.
Convocó el Primer Concilio Ecuménico de Nicea en el año 325 d.C., donde se condenó a Arrio como hereje. Constantino no se bautizó hasta el final de su vida, lo hizo, cuando moría, siendo bautizado, curiosamente, por un obispo de Arrio.
El Imperio Romano siguió su línea como importador de mitologías y religiones foráneas. Júpiter tuvo su origen en Amón-Rá de Egipto, Mitra procedía de Persia y ahora se implanta el cristianismo procedente de Judea.
El cristianismo en Roma tomó elementos del Culto a Mitra en su liturgia y en sus símbolos, como por ejemplo el gorro en forma de cabeza de pez que llevan los obispos, que precisamente se llama “mitra”.
En el año 393, en el Concilio de Hipona, definitivamente se seleccionaron los textos considerados canónicos por la Iglesia. Previamente se habían modificado a lo largo del tiempo como queda dicho.
CUARTA PARTE
¿Murió, resucitó y subió al cielo, realmente?
·  Para los musulmanes, según el Corán, no murió ni resucitó pero subió al cielo en cuerpo y alma.
·  Para los judíos murió pero no resucitó, ni subió al cielo.
·  Para los cristianos católicos y protestantes murió, resucitó y subió al cielo después de resucitar.
Todo esto es cuestión de fe, tendremos una u otra creencia según la herencia religiosa que hayamos recibido de nuestros padres o de nuestro entorno; desde pequeños nos lo inculcan y nos morimos con estas creencias, no necesitamos ninguna evidencia. Pero si queremos abordar este asunto siguiendo un método científico y racional hemos de liberarnos de todas las ataduras que nos imponen las religiones y tratarlo buscando sólo las evidencias que encontremos, dejando pendientes las preguntas sin respuesta cuando éstas se presenten.
Cuando Jesús fue crucificado la mayoría de los apóstoles se escondieron para evitar represalias por parte de los romanos, entre ellos estaba Pedro que negó a Jesús en tres ocasiones en público; pero allí quedaron algunos de los más allegados entre los que estaba José de Arimatea.
José de Arimatea era un rico  e influyente judío miembro del Sanedrín que los romanos le habían adjudicado la explotación del plomo y el estaño.
Una reivindicación que los judíos habían conseguido de los romanos era que durante el sábado no fuera ajusticiado ningún judío.
Como para los judíos el día empezaba por la tarde, el viernes día 14 de Nisán, al mediodía, los soldados romanos quebrantaron las piernas a los ajusticiados crucificados en el Gólgota, antes de que se echara la tarde, para que no pudieran apoyarse sobre ellos y quedaran colgados de sus brazos impidiendo de esta manera su respiración para que a las pocas horas muriesen de asfixia. Cuando iban a hacerle esto a Jesús vieron que ya estaba agonizando, así que lo remataron incándole la punta de una lanza en el costado con lo que le dieron por muerto
Una vez muerto, los amigos y familiares de Jesús que se encontraban allí, quisieron llevarlo al sepulcro familiar, pero estaba a varias horas de distancia, por lo que no les daría tiempo, ya que quedaba poco para el comienzo del Sabbath.
José de Arimatea era propietario de un sepulcro cercano al lugar, excavado en la roca; que lo ofreció para el entierro de Jesús. Pidió permiso a Poncio Pilatos para hacer el traslado, y en cuanto le fue concedido, con la ayuda de Nicodemo bajó de la cruz a Jesús, lo envolvió en lienzos de lino y le puso un sudario en la cara (según se describe en el Evangelio de Juan). Seguidamente trasladaron el cuerpo al sepulcro y una vez introducido en el mismo lo taparon con una roca. Como fieles judíos, los amigos y familiares de Jesús pasaron el sabbath entre oraciones y lamentaciones llorando por Jesús.
Pudo ocurrir que, a la tarde siguiente, una vez acabado el sabbath, cuando ya se hacía de noche, José de Arimatea y algunos más volvieran al sepulcro donde estaba Jesús, lo abrieron separando la piedra que hacía de puerta y sacando el cuerpo sin vida de Jesús quitándole los lienzos y el sudario, lo volvieron a amortajar, lo subieron en un carro y lo trasladaron al sepulcro familiar. ¿Pudo ser la tumba de Talpiot?, sobre ésto hablaré en otra ocasión.
A la mañana siguiente, era el domingo, muy temprano cuando acudieron al sepulcro propiedad de José de Arimatea, María Magdalena y otra mujer más, se encontraron el sepulcro vacío con la losa abierta y con los lienzos y sudario en el suelo por lo que se impresionaron al ver que el cuerpo de Jesús había desaparecido y acudieron a contárselo a Simón Pedro y otros apóstoles. Cuando José de Arimatea y acompañantes regresaron a Jerusalén comprobaron que se había extendido por la ciudad el rumor de que el cadáver de Jesús había sido robado por los apóstoles, luego se extendió otro rumor, apagando el anterior, que decía que Jesús había resucitado, ya había personas que decían haberlo visto. Tanto había crecido este rumor que José de Arimatea prefirió permanecer callado.
Esta es una versión no oficial, pero parece más verosímil que las canónicas de la Resurreción. Al menos para mí.
O como dice Geza Vermes un experto investigador judío del Jesucristo histórico, autor del libro “La Resurrección”: <<¿Para qué vale lo material ante un elemento puramente espiritual libre de los lazos carnales?>>.
¿No hubiera sido más espiritual que el alma de Jesús hubiera subido al “lugar eterno” dejando la materia en éste?. 
La misma incongruencia que veo con la resurrección de Lázaro, la encuentro en esta resurrección del cuerpo de Jesús.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Como decía “Jack el destripador”… vayamos por partes, querido amigo:

En líneas generales, así era la Palestina del tiempo de Jesús, tal y como se indica en la primera parte. Sólo unos breves comentarios:

El templo de Jerusalén no fue el templo original construido por Salomón. Este se destruyó por los ejércitos babilonios en el 607 a.E.C. Posteriormente, cuando a los judíos se les liberó del cautiverio por Ciro el persa y bajo el acaudillamiento de Zorobabel, el templo se reconstruyó en el 515 a.E.C.

Por lo tanto no fue el primer templo edificado por Salomón, ni tampoco fue el que reconstruyó Zorobabel, ya que según el historiador Josefo en “La guerra de los judíos y Antigüedades judías” se dice que “en el decimoctavo año del reinado de Herodes” (otras fuentes dicen que fue a los 15 años), el templo fue obra de este rey, por eso se le conocía como el templo de Herodes.

En cuanto a la historicidad de Salomón, entramos en los argumentos que prefieren los que niegan la autenticidad de la Biblia. Pero a este respecto, ya que citas a Josefo como un historiador creíble, él escribe en las Antigüedades Judías, libro VIII, cap. VII, secc. 3 que “muchas mañanas el rey Salomón recorría en carreta 13 kms. que separaban Jerusalén de Etam, donde había jardines y riachuelos”.

Aunque esto no fuera suficiente para algunos, tenemos el testimonio del propio Jesús, quien siglos después confirmó que no fue un personaje ficticio ni perteneciente a la mitología. (Mateo 6:29, 12:42: ver también Hechos 7:47) (También entiendo que muchos necesitan ver un nombre escrito en una piedra para creer como ocurrió con la persona de Pilato)

En cuanto a la Ley que Yahvé o Jehová entregó a Israel, su verdadero propósito era, como dijo el apóstol Pablo, “poner de manifiesto las transgresiones, hasta que llegara la descendencia”. La Ley era un ‘tutor que conducía a Cristo’, y señaló hacia él como objetivo principal: “Cristo es el fin de la Ley”. También reveló que todos los humanos, lo que obviamente no excluía a los judíos, eran pecadores y que la vida no se podía obtener por medio de “obras de ley”. (Gál 3:19-24; Ro 3:20; 10:4.)

La Ley también era “una sombra de las buenas cosas por venir”, y las cosas relacionadas con ella eran “representaciones típicas”, de manera que tanto Jesús como los apóstoles a menudo hicieron referencia a ellas para explicar cosas celestiales y asuntos concernientes a la doctrina y conducta cristianas. Por lo tanto, la Ley proporciona un campo de estudio esencial y necesario para el cristiano. (Heb 10:1; 9:23.)
Otra cosa totalmente diferente tiene que ver con la forma en que la nación judía entendió la Ley.

En ese sentido, coincido totalmente contigo en que el miedo y la ignorancia son elementos indispensables para el fanatismo religioso.

Pero no ocurre igual cuando la fe se vive de otra manera, sobre todo cuando se sigue la directriz bíblica de ser “razonable” (Filipenses 4:5), de ser “apacible para con todos” (Tito 3:2) y “pacíficos con todos los hombres” (Romanos 12:18). Ese es el cristianismo que enseñan las Escrituras y que no encaja con la persona “fanática” que se niega a investigar y razonar.

.../...

Anónimo dijo...

En Filipenses 4:5, la palabra en griego que algunas versiones de la Biblia traducen como “amable” o “bondad” es la palabra “e-pi-ei-kí-as”, y es una palabra muy rica en matices que también significa “carácter razonable”, o más literalmente “disposición a ceder•”.

Esta palabra que usa Pablo significa “no insistente en la letra de la ley; expresa aquella consideración que considera humana y razonablemente los hechos de un caso” (W.E.Vine, Diccionario expositivo de palabras del Nuevo Testamento, traducción de S. Escuain)

Por lo tanto, tener varias versiones de la Biblia, así como publicaciones que nos ayuden a entenderla nos facilitaran un conocimiento más exacto de lo que contiene (así se evita también el aferrarse a un solo traductor y a los prejuicios que este pudiera tener)

Por mi parte, creo que no hay interés en encontrar la respuesta a las preguntas que se planteaban en el post original de estos comentarios (que ya se contestaron en este blog y por e-mail), sino que se lanzan nuevas preguntas sin seguir un hilo conductor para llegar a un conclusión “razonada”.

Sigo abierto en esa dirección en pacomartinez1985@hotmail.com

Saludos.

SOSSORIO2009 dijo...

Contestando al primer comentario de Paco Martínez.
Con respecto al último párrafo del primer comentario de fecha 07-09-2010, quiero aclarar lo siguiente: En Filipenses 4:5 no se dice nada de “ser razonable”. El texto íntegro es:
“Que todos os conozcan como personas bondadosas. El Señor está cerca”.
La Biblia no es un Tratado de Lógica, sino todo lo contrario, está lleno de mitos y leyendas.
Pasando a los primeros párrafos de su comentario, he de decir que ya sé que el Templo de Jerusalén, destruido por Tito en el año 70 d.C., era una reconstrucción del Templo de Salomón. Pero en lo que no estoy de acuerdo es que se hicieran dos reconstrucciones distintas, una después de otra, según parece que da a entender en el comentario. Precisamente, en los tiempos actuales, existe un proyecto de construcción del que puede ser el Tercer Templo de Salomón (o de Jerusalén).
Por supuesto que dudo de que existieran algunos de los personajes bíblicos, como: Adam y Eva, Caín y Abel, Noé, Abraham, El Rey David, Salomón y otros. Por supuesto los 6 primeros no me cabe la menor duda que son productos de la imaginación. Y no creo que la historia de la especie humana tenga una duración menor a unos 6000 años aproximadamente, como se desprende de los textos bíblicos; sino que es muchísimo más antigua. En el siglo XVII James Ussher, arzobispo anglicano de Irlanda del Norte, después de un largo estudió de la Biblia, consideró que la Tierra fue creada el día 23 de Octubre del año 4004 a.C., cuando en realidad tiene unos cuatro mil quinientos millones de años, datación hecha por la radiación isotópica del uranio. Se sabe, también, que el Big Bang ocurrió hace unos 13.700 millones de años. Y hace unos 70 millones de años de entre los mamíferos surgieron los primates, de los cuales salieron dos ramificaciones: los simios y los homínidos. Éstos últimos aparecieron hace unos 15 millones de años y fueron evolucionando desde los australopitecus, pasando por el homo habilis, luego por el homo erectus, hasta llegar al homo sapiens sapiens, hace unos 40 ó 50 mil años. A este último grupo pertenece el hombre de cromagnon, con las características del humano actual. Es decir, que el Génesis es de una fantasía que no tiene nada que ver con la realidad.
En cuanto a Flavio Josefo, sí lo considero un historiador fiable del siglo I, pero ha de tenerse en cuenta que era un judío creyente de ese siglo, y en su obra “Antigüedades de los Judíos” trata de la historia del pueblo de Israel desde Adam y Eva hasta su tiempo.. Todo lo que cuenta desde Adam y Eva hasta la Rebelión de los Macabeos, aproximadamente, lo cuenta como judío creyente. Su aportación a la historia es de interés, más o menos, a partir de esa fecha hasta la época en que vivió. Conociendo la biografía de Flavio Josefo se sabe que tuvo acceso a mucha información. En la rebelión del pueblo judío contra Roma, que comenzó en el año 66 d.E.C., Flavio Josefo fue enviado a Galilea por las autoridades judías de Jerusalén para que combatiera contra los romanos, allí dirigió a un grupo de judios que lucharon contra el Imperio, soportando finalmente un duro asedio que terminó con el suicidio de muchos de sus compañeros. Finalmente él se entregó a los romanos. El general Vespasiano y su hijo Tito le perdonaron la vida y quisieron enviarlo a Roma como regalo (esclavo) a Nerón; pero Josefo se las arregló para conseguir audiencia con Vespasiano a quien le contó una profecía que había recibido de Dios. Esta profecía decía que Vespasiano y su hijo Tito llegarían a ser nombrados emperadores de Roma. Poco tiempo después, esta profecía se cumplió, lo que le permitió que le dieran un trato especial, fue “protegido” por Vespasiano y llevado a Roma, consiguiendo la ciudadanía romana y una pensión anual bastante sustanciosa. Esta situación le permitió una dedicación plena a investigar y escribir sobre la historia del siglo en que vivió.